Poemas de:
Gioconda
Belli
ÍNDICE
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Ahora Vamos Envueltos en
Consignas Hermosas
Las mañanas cambiaron su signo
conocido.
Ahora el agua, su tibieza, su magia soñolienta
es
diferente.
Ahora oigo desde que mi piel conoce que es de
día,
cantos de tiempos clandestinos
sonando audaces, altos
desde la mesa de noche
y me levanto y salgo y veo "compas"
atareados
lustrando sus botas o alistándose para el día
bajo
el sol.
Ya no hay oscuridad, ni barricadas,
ni abuso del
espejo retrovisor
para ver si me siguen.
Ahora mi aire de
siempre es mas mi aire
y este olor a tierra mojada y los lago s
allá
y las montañas
pareciera que han vuelto a posarse en su
lugar,
a enraizarse, a sembrarse de nuevo.
Ya no huele a
quemado,
y no es la muerte una conocida presencia
esperando a
la vuelta de cualquier esquina.
He recuperado mis flores
amarillas
y estos malinches de mayo son mas rojos
y se
desparraman de gozo
reventados contra el rojinegro de las
banderas.
Ahora vamos envueltos en consignas
hermosas,
desafiando pobrezas,
esgrimiendo voluntades contra
malos augurios
y esta sonrisa cubre el horizonte,
se grita en
valles y lagunas,
lava lagrimas y se protege con nuevos
fusiles.
Ya se unió la Historia al paso triunfal de los
guerreros
y yo invento palabras con que cantar,
nuevas formas
de amar,
vuelvo a ser,
soy otra vez,
por fin otra
vez,
soy.
Uno no
Escoge
Uno no escoge el país donde nace;
pero ama el país donde ha
nacido.
Uno no escoge el tiempo para venir al mundo;
pero debe dejar
huella de su tiempo.
Nadie puede evadir su responsabilidad.
Nadie
puede taparse los ojos, los oidos,
enmudecer y cortarse las
manos.
Todos tenemos un deber de amor que cumplir,.
una historia que
nacer
una meta que alcanzar.
No escogimos el momento para venir al
mundo:
Ahora podemos hacer el mundo
en que nacerá y crecerá
la semilla
que trajimos con nosotros.
Como Gata Boca Arriba
Te
quiero como gata boca arriba,
panza arriba te
quiero,
maullando a través de tu mirada,
de este
amor-jaula
violento,
lleno de zarpazos
como una noche
de luna
y dos gatos enamorados
discutiendo su amor en los
tejados,
amándose a gritos y llantos,
a maldiciones, lagrimas
y sonrisas
(de esas que hacen temblar el cuerpo de
alegría)
Te quiero como gata panza arriba
y me defiendo de
huir,
de dejar esta pelea
de callejones y noches sin
hablarnos,
este amor que me marea,
que me llena de
polen,
de fertilidad
y me anda en el día por la
espalda
haciéndome cosquillas.
No me voy, no quiero irme,
dejarte,
te busco agazapada
ronroneando,
te busco
saliendo detrás del sofá,
brincando sobre tu cama,
pasándote
la cola por los ojos,
te busco desperezándome en la
alfombra,
poniéndome los anteojos para leer
libros de
educación del hogar
y no andar chiflada y saber manejar la
casa,
poner la comida,
asear los cuartos,
amarte sin
polvo y sin desorden,
amarte organizadamente,
poniéndole orden
a este alboroto
de revolución y trabajo y amor
a tiempo y
destiempo,
de noche, de madrugada,
en el
baño,
riéndonos como gatos mansos,
lamiéndonos la cara como
gatos viejos y cansados
a los pies del sofá de leer el
periódico.
Te quiero como gata agradecida,
gorda de estar
mimada,
te quiero como gata flaca
perseguida y
llorona,
te quiero como gata, mi amor,
como gata,
Gioconda,
como mujer,
te quiero.
Y Dios me Hizo Mujer
Y Dios me hizo
mujer,
de pelo largo,
ojos,
nariz y boca de mujer.
Con curvas
y
pliegues
y suaves hondonadas
y me cavó por dentro,
me hizo un taller de
seres humanos.
Tejió delicadamente mis nervios
y balanceó con
cuidado
el número de mis hormonas.
Compuso mi sangre
y me inyectó con
ella
para que irrigara
todo mi cuerpo;
nacieron así las ideas,
los
sueños,
el instinto.
Todo lo que creó suavemente
a martillazos de
soplidos
y taladrazos de amor,
las mil y una cosas que me hacen mujer
todos los días
por las que me levanto orgullosa
todas las mañanas
y
bendigo mi sexo.
En la Doliente Soledad del Domingo
Aquí estoy,
desnuda,
sobre las
sabanas solitarias
de esta cama donde te deseo.
Veo mi
cuerpo,
liso y rosado en el espejo,
mi cuerpo
que fue
ávido territorio de tus besos,
este cuerpo lleno de
recuerdos
de tu desbordada pasión
sobre el que peleaste
sudorosas batallas
en largas noches de quejidos y risas
y
ruidos de mis cuevas interiores.
Veo mis pechos
que
acomodabas sonriendo
en la palma de tu mano,
que apretabas
como pájaros pequeños
en tus jaulas de cinco
barrotes,
mientras una flor se me encendía
y paraba su dura
corola
contra tu carne dulce.
Veo mis
piernas,
largas y lentas conocedoras de tus caricias,
que
giraban rápidas y nerviosas sobre sus goznes
para abrirte el sendero de
la perdición
hacia m mismo centro
y la suave vegetación del
monte
donde urdiste sordos combates
coronados de
gozo,
anunciados por descargas de fusilerías
y truenos
primitivos.
Me veo y no me estoy viendo,
es un espejo de
vos el que se extiende doliente
sobre esta soledad de
domingo,
un espejo rosado,
un molde hueco buscando su otro
hemisferio.
Llueve copiosamente
sobre mi cara
y
solo pienso en tu lejano amor
mientras cobijo
con todas mis
fuerzas,
la esperanza.
¿Qué sos Nicaragua?
¿Qué sos
sino un triangulito de tierra
perdido en la mitad del
mundo?
¿Qué sos
sino un vuelo de
pájaros
guardabarrancos
cenzontles
colibríes?
¿Qué sos
sino
un ruido de ríos
llevándose las piedras pulidas y brillantes
dejando
pisadas de agua por los montes?
¿Qué sos
sino pechos de mujer hechos
de tierra,
lisos, puntudos y amenazantes?
¿Qué sos
sino cantar de
hojas en árboles gigantes
verdes, enmarañados y llenos de
palomas?
¿Qué sos?
sino dolor y polvo y gritos en la
tarde,
-"gritos de mujeres, como de parto"-?
¿Qué sos
sino puño
crispado y bala en boca?
¿Qué sos, Nicaragua
para dolerme
tanto?
Pequeñas Lecciones de Erotismo
I
Recorrer un cuerpo en su extensión de
vela
Es dar la vuelta al mundo
Atravesar sin brújula la rosa
de los vientos
Islas golfos penínsulas diques de aguas
embravecidas
No es tarea fácil - si placentera -
No creas
hacerlo en un día o noche de sábanas explayadas
Hay secretos en los
poros para llenar muchas lunas
II
El cuerpo es carta
astral en lenguaje cifrado
Encuentras un astro y quizá deberás
empezar
Corregir el rumbo cuando nube huracán o
aullido
profundo
Te pongan estremecimientos
Cuenco de
la mano que no sospechaste
III
Repasa muchas veces una
extensión
Encuentra el lago de los nenúfares
Acaricia con tu
ancla el centro del lirio
Sumérgete ahógate distiéndete
No te
niegues el olor la sal el azúcar
Los vientos profundos cúmulos nimbus
de los pulmones
Niebla en el cerebro
Temblor de las
piernas
Maremoto adormecido de los
besos
IV
Instálate en el humus sin miedo al desgaste sin
prisa
No quieras alcanzar la cima
Retrasa la puerta del
paraíso
Acuna tu ángel caído revuélvele la espesa cabellera con
la
Espada de fuego usurpada
Muerde la
manzana
V
Huele
Duele
Intercambia
miradas saliva imprégnate
Da vueltas imprime sollozos piel que se
escurre
Pie hallazgo al final de la pierna
Persíguelo busca
secreto del paso forma del talón
Arco del andar bahías formando
arqueado caminar
Gústalos
VI
Escucha
caracola del oído
Como gime la humedad
Lóbulo que se acerca al
labio sonido de la respiración
Poros que se alzan formando diminutas
montañas
Sensación estremecida de piel insurrecta al
tacto
Suave puente nuca desciende al mar pecho
Marea del
corazón susúrrale
Encuentra la gruta del
agua
VII
Traspasa la tierra del fuego la buena
esperanza
navega loco en la juntura de los océanos
Cruza las
algas ármate de corales ulula gime
Emerge con la rama de olivo llora
socavando ternuras ocultas
Desnuda miradas de asombro
Despeña
el sextante desde lo alto de la pestaña
Arquea las cejas abre ventanas
de la nariz
VIII
Aspira suspira
Muérete
un poco
Dulce lentamente muérete
Agoniza contra la pupila
extiende el goce
Dobla el mástil hincha las velas
Navega dobla
hacia Venus
estrella de la mañana
- el mar como un vasto
cristal azogado -
duérmete náufrago.
Cómo Pesa el Amor
Noche cerrada
ciega en
el tiempo
verde como luna
apenas clara entre las luciérnagas.
Sigo
la huella de mis pasos,
el doloroso retorno a la sonrisa,
me invento en la
cumbre adivinada
entre árboles retorcidos.
Sé que algún día
se
alzarán de nuevo
las yemas recién nacidas
de mi rojo corazón,
entonces,
quizás,
oirás mi voz enceguecedora
como el canto de las sirenas;
te
darás cuenta
de la soledad;
juntarás mi arcilla,
el lodo que te
ofrecí,
entonces tal vez sabrás
cómo pesa el
amor
endurecido.
Dios dijo
Dios dijo:
Ama a tu prójimo como a ti
mismo.
En mi país
el que ama a su prójimo
se juega la vida.
Como Tinaja
En los días buenos,
de lluvia,
los días en que nos
quisimos
totalmente,
en que nos fuimos abriendo
el uno al otro
como
cuevas secretas;
en esos días, amor
en mi cuerpo como tinaja
recogió
toda el agua tierna
que derramaste sobre mí
y ahora
en estos días
secos
en que tu ausencia duele
y agrieta la piel,
y el agua sale de mis
ojos
llena de tu recuerdo
a refrescar la aridez de mi cuerpo
tan vacío
y tan lleno de vos.
Castillos de Arena
Por que no me
dijiste que estabas construyendo
ese castillo de
arena?
Hubiera sido tan hermoso
poder entrar por su
pequeña puerta,
recorrer sus salados corredores,
esperarte en
los cuadros de conchas,
hablándote desde el balcón
con la boca
llena de espuma blanca y transparente
como mis palabras,
esas
palabras livianas que te digo,
que no tienen mas que el
peso
del aire entre mis dientes.
Es tan hermoso contemplar el
mar.
Hubiera sido tan hermoso el mar
desde nuestro
castillo de arena,
relamiendo el tiempo
con la
ternura
honda y profunda del agua,
divagando sobre las
historias que nos contaban
cuando, niños, éramos un solo
poro
abierto a la naturaleza.
Ahora el agua se ha llevado
tu castillo de arena
en la marea alta.
Se ha llevado las
torres,
los fosos,
la puertecita por donde hubiéramos
pasado
en la marea baja,
cuando la realidad esta
lejos
y hay castillos de arena
sobre la
playa...
Quebrá la
Luna
Quebrá la luna entre tus manos,
hacela
pedazos
y úntate de su polvo fino y negro.
Protejámonos de
los símbolos
y de los sueños,
cubrámonos de las
frustraciones
con una costra dura de realidad.
Aceptemos
el día como día
y la noche como noche,
pasando por el
tiempo
con la espalda recta y los ojos secos;
porque la mente
no es dueña de la vida
y los deseos no son las leyes:
hay que
acatar la moral y el orden,
revestirnos de una sonrisa de
bolsillo,
apretarnos el corazón en un puño
y aceptar el
sacrificio.
Sencillos Deseos
Hoy quisiera tus dedos
escribiéndome historias en el pelo
y quisiera besos en la
espalda
acurrucos
que me dijeras las mas grandes
verdades
o las mas grandes mentiras
que me dijeras por
ejemplo
que soy la mujer mas linda del mundo
que me querés
mucho
cosas así
tan sencillas
tan
repetidas,
que me delinearas el rostro
y me quedaras viendo a
los ojos
como si tu vida entera dependiera de que los míos
sonrieran
alborotando todas las gaviotas en la espuma.
Cosas
quiero como que andes mi cuerpo
camino arbolado y oloroso,
que
seas la primera lluvia del invierno
dejándote caer despacio
y
luego en aguacero.
Cosas quiero como una gran ola de
ternura
deshaciéndome
un ruido de caracol
un cardumen
de peces en la boca
algo de eso
frágil y desnudo
como
una flor a punto de entregarse a la primera luz de la mañana
o
simplemente una semilla, un árbol
un poco de hierba
una
caricia que me haga olvidar
el paso del tiempo
la
guerra
los peligros de la muerte.