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para honrar al gran poeta Español
Luis Milán
WEBMASTER: Justo S. Alarcón
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Biografía
LUIS MILÁN
(1500 - 1561)
Luis de Milán vivió e Valencia, España. Cortesano valenciano, poeta, escritor,
vihuelista y compositor. Apenas se conocen tres libros impresos de su trabajo. Todos estos
trabajos, como poeta y como músico, iban destinados a la aristocracia española. Su
"Livro de motes de damas ya caballeros: Intitulado "El juego de mandar", es
una obra literaria con textos y poesías que versan sobre asuntos de la corte.
Su "Libro de música de vihuela de mando: Intitulado 'El maestro'" es su única
publicación en el género musical para vihuela, fue dedicado al rey D. Juan III de
Portugal.
LIBRO DE MOTES DE DAMAS Y CABALLEROS:
INTITULADO EL JUEGO DE MANDAR.
PRÓLOGO
Señoras damas. Resplandeciente virtud. Estrellas relumbrantes. Gloria de los cavalleros.
Espejo de gala. Celestial hermosura. Exemplo de criança. Graciosa conversación. Leyes y
mando en la tierra para dar vida y muerte y fama de inmortal memoria. Quién será tan
ignorante que no conozca todo lo sobredicho ser poca alabança para tanto merecimiento. No
ay ninguno que ignore que con mucha razón os podemos dezir señoras damas, pues soys tan
señoras que no ay poder humano que sea poder delante el vuestro. Si no, dígame alguno
qué poder humano ay en esta vida que pueda hazer una tan gran cosa como las damas hazen
en mudar un hombre y hazelle todo otro de lo que es. Ninguno en este mundo podrá hazer de
un covarde valiente ni de un avaro liberal sino estas tan poderosas señoras que mudan
condición, ser y vida al hombre que por ellas es hombre. También con mucha razón os
podemos dezir resplandeciente virtud. Pues siendo la mesma virtud, resplandecéys tanto en
virtudes que cegáys a todos los ojos que con vicio os miran, como el rayo del sol a la
vista humana, y days tan clara y fuerte vista a los ojos que con virtud os miran como
tiene el águila mirando el rayo del sol. También con mucha razón os podemos dezir
estrellas relumbrantes, pues pareciendo por la tierra entre la vulgar gente relumbráys
como las estrellas del cielo entre las tinieblas de la noche. También con mucha razón
hos podemos dezir gloria de los cavalleros, pues todo lo que parece trabajo por servir las
damas es gloria. Que si la gloria es descanso de trabajos y contentamiento de vista y
alegría de pensamientos, ¿qué otra cosa es el trabajo del cavallero sirviendo su dama
como cavallero sino descanso? ¿Y qué mayor contentamiento en este mundo para la vista
que ver una gentil dama? ¿Ni qué mayor alegría de pensamiento que veros servidor de
quien os haze tan señor? No parece el señor ser tan señor ni el cavallero tan
cavallero, sino serviendo las damas con tales servicios, que el trabajo se convierta en
descanso y el mirar en contentamiento, y el pensar en alegría. También con mucha razón
os podemos dezir espejo de gala, pues nunca se tiene el cavallero ni es tenido por
perfecto galán muy bien aderesçado de cuerpo y de alma, sino quando las damas dizen que
lo es. Pues si el cavallero no es galán si las damas no lo dizen, con mucha razón las
podemos tener por la misma gala, pues el buen parecer dellas es espejo de gala, donde nos
avemos de mirar para parescer bien. También con mucha razón hos podemos dezir celestial
hermosura, pues ninguna hermosura parece tanto ser venida del cielo como la de las damas y
señoras. Que aunque toda hermosura es criada por el criador de todos, en las damas se
paresce más aquello que dize: signatum est super nos lumenvultus tui domine. También con
mucha razón hos podemos dezir exemplo de criança, pues la mayor cortesía de los
cavalleros no es tanto como la menor cortesía de las damas. Porque en ellas no ay menor
ni poco, sino mayor y mucho, pues el gran merecimiento dellas todo lo meresce. También
con mucha razón hos podemos dezir graciosa conversación, pues soys la misma gracia, y en
tanta manera que si un cavallero habla una razón sabia y una dama dize una otra razón
avisada, en más y por más graciosa será tenida la de la dama que la del cavallero, por
la poca turbación de ingenio que siempre tienen y la mucha que nosotros delante dellas
tenemos. Y por aquel gran privilegio que tienen por averse dicho en la más alta de todas
gracia plena. También con mucha razón hos podemos dezir leyes y mando en la tierra para
dar vida y muerte y fama de inmortal memoria, pues ninguna ley humana haze tanto sentir
que la vida parezca muerte y la muerte vida, sino la ley y mando de las damas. Porque si
un cavallero es desfavorescido o desdeñado dellas, todo lo que es vida le paresce muerte,
pues sabe a muerte su vida, y todo lo que le parece muerte por amarlas y servirlas es
vida, pues les da fama de inmortal memoria. Considerando pues tan gran merecimiento y
valor de tan poderosas y excelentes señoras, ¿quién no trabajara en servirlas y
alabarlas, sino el que ni es para uno ni para otro? Y por no ser yo tenido por tal,
offrezco mi voluntad por obra, pues ninguna obra por grande que fuesse sería sino
voluntad para servir tan grandes señoras. Y por esta razón, este libro intitulado El
juego de mandar es pequeño, pues también lo sería aunque fuesse grande. Recíbanlo como
a pequeño servicio y gran voluntad. Y rescebido desta manera el libro será grande, y yo
el más dichoso servidor de damas.
LA MANERA COMO SE HA DE JUGAR ESTE JUEGO DE MANDAR:
Teniendo un cavallero el libro entre sus manos cerrado. Suplicará a una dama que le abra.
Y abierto que le aya, hallarán una dama y un caballero pintados, cada uno con un mote
delante sí. El de la dama será para mandar el cavallero. El qual ha de ser muy
obediente, pues por la obediencia que ha de tener en hazer lo que le mandara la dama tiene
mote a su propósito en el libro. Y el cavallero que no será obediente, sea condenado por
las damas en lo que les pareciere y echado de la sala. Después otro cavallero y otra dama
harán lo mismo que los primeros han hecho, y todos los otros después por su orden hasta
que las damas manden cessar el juego.
INTRODUCCIÓN
[Primero habla la dama, y le contesta el caballero:]
Alçad los ojos al cielo
sospirando si podéys,
que muy presto alcançaréys
tanto quanto monta un pelo.
[falta la parte del caballero]
[ falta la parte de la dama]
Pues queréys que yo lo diga,
yo haré vuestro mandado,
pero siento gran fatiga
que muriendo por mi amiga
no paresca enamorado.
Levantaos a baylar,
que con tal disposición
bien podéys baylar sin son.
No parescería loco
en baylar sin son por vos
si baylásemos los dos.
Buscaréys por estas damas
y dezilde, si ay Merina:
yo la mar, vos la marina.
MERINA
yo la mar, damar muy dina,
pues mi coraçón ha echado
como hombre ahogado
de la mar a la marina
Levantaos y dezid
un requiebro a la dama
que aquí menos hos ama.
Ninguna tan mal me quiere
como vos mavéys mostrado.
pues a vos soy embiado,
suffridme lo que hos dixere.
Descalçaos los çapatos,
y si hos hieden vuestros pies
calçaros heys al revés.
Yo bien me descalçaré,
y por lo que me hazéys,
plega dios quen mí halléys
çapato de vuestro pie.
Sospirad un gran sospiro
daquellos que vos soléys
quando menos mal tenéys.
Con las burlas que dezís,
del mal que me hazéys
más sospiros sacaréys
que los que vos me pedís.
Buscando entrestas damas
dezid, si Ursola huviere,
quien os vio ¿cómo no muere?
[Falta la parte del caballero]
[Falta la parte de la dama]
No será tirar de loco
mas de cuerdo
si por vos el seso pierdo.
Limpiaos las narizes,
que no diga algún donoso
que soys suzio y mocoso.
También lloran mis narizes
lo que lloro con mis ojos:
lágrimas de mis enojos.
Yos ruego, pues tengo mando,
que cantéys,
por ver si paresceréys
como parescéys callando.
Cantar mal y porfiar
es muy malo
quando más hos dan del palo
que del pan de bien amar.
Buscaréys por estas damas
y, si ay Gerónima,
dezilde cómo le va.
JERÓNIMA
dezirme a, va como va,
yo diré, no como deve,
pues que sé quella no beve
con el cáliz que me da.
Jugad a passagonçalo,
vos y el questá cabo vos,
y reýrme de los dos.
Si jugamos a passar,
el Gonçalo quiero ser
para daros más plazer.
Limpiaos vuestros ojos
y pestañas,
questán llenos de lagañas.
Secáronse por mi mal
lágrimas de mis entrañas
y an quedado en las pestañas
secas por una señal.
Hid pidiendo con un guante
para ver lo que hos darán
todas quantas aquí están.
Yo bien andaré pidiendo
lo que mucho ha menester
este pobre de plazer.
Buscando por estas damas
dezilde, si ay Mencia:
hermosura y alegría.
MENCIA
quien os hizo bien sabía
que criava en vos dos cosas:
hermosura entre hermosas
y entre tristes alegría.
Yos mando que toquéys palmas,
pues yo sé que poco a poco
vos las tocaréys de loco.
Yo lo haré como mandáys,
que ya ha mucho que las toco,
que por vos he buelto loco.
A la noche yo querría
que cantéys en la vihuela:
nadie de mi mal se duela,
pues que todo es alegría.
A la noche cantaré:
nadie de mi mal se duela,
pues él mismo me consuela.
Arrancaos dos cabellos
de vuestras barbas muy presto
sin hacer señal ni gesto.
He aquí ya dos cabellos,
mas si yo fuesse de ellas,
a cabellos, o cabellas,
me querría ver con ellos.
Buscaréys por estas damas
y diréys, si ay Raphela:
quien os ama siempre vela.
RAPHELA
quien os ama siempre vela,
que durmiendo está velando
quien a vos está ensoñando.
Yos mando que os asentéys
al cabo daquella sala,
que de lexos vuestra gala
muy mejor la venderéys.
¿Qué aprovecha que yo esté
lejos de poder hablaros,
pues estoy para alcançaros
tan cerca como yo sé?
Un desseo me a tomado
de veros cómo corréis,
si no os corréis.
Un otro desseo tengo:
alcançaros por mi vida
de corrida.
Yos mando que me sirváys
ciertos días la semana,
y si estoy de mala gana
que por do venís bolváys.
Si atrás he de bolver
quando tal os hallare,
cierto está que caeré
pero no de bien querer.
Buscaréys por estas damas
y, si Aldonça ay, diréys:
vos sabéys a qué sabéys.
Aldonça sabe
solo ella a lo que sabe,
que quien quiere gustar della
gustará a solo en vella,
lo que en ella nunca cabe.
Yos mando que no habléys
por espacio de un hora,
por que no nos enogéys
a criada ni a señora.
Yo haré vuestro mandado,
mas a veces yo no mando,
pues harto habla callando
quien de vos es maltratado.
No quiero questéys sentado
hasta tanto que os lo diga,
por ver si ternéys fatiga
de haveros yo mandado.
Vos holgáys de verme en pie
para más cansar mis pies,
yo querría estar en tres
por lo que me cansaré.
Yréys con ojos cerrados
a tocar a la pared
y pedirme una merced.
La merced que yo hos pido,
[pu]es cegado me avéys,
que vos, señora, me guiéys.
Buscaréys por estas damas
y dezid a Ysabel:
matadora no cruel.
ISABEL
tiene el nombre de Abel
y las obras de Caín:
dos contrarios en un fin,
matadora no cruel.
Levantaos a saltar,
que saltando ganaréys
algún baque que daréys.
Si saltando yo pudiesse
dar un baque do querría,
nunca me levantaría.
No la hagáys de mala gana,
que nos pienso hazer enojo,
cerradnos una ventana
y seréys della cerrojo.
Ciro de tan cruel guerra,
busque a otro que escalabre,
que a do una se cierra
otra ventana se abre.
Meteos a la ventana
hasta que seáys llamado
o saludado.
Yo yré con condición
que si no soy saludado
sea yo de vos llamado.
Buscaréys por estas damas
y dezilde, si hay Juana:
en la gala muy galana.
JUANA
en la gala muy galana,
hermosa entre hermosas,
a quien matan estas cosas
nunca sana.
Estendeos en el suelo
como hombre amortecido
y echad un gran gemido.
Vos, señora, soys el suelo
y yo soy el estendido,
enterrado en vuestro olvido.
Levantaos con dos otros
y los tres sin lisión
jugaréys al avejón.
Lavejón sabéys qué dize
quando él haze zun zon:
que las damas falsas son.
Allegad a una dama
y dezilde en confisión
una muy buena razón.
Véome con tanta pena
y con tanta turbación
que no estando en razón,
cómo la diré muy buena.
Buscaréys por estas damas
y dezilde a Leonor:
quien os sirve es muy señor.
LEONOR
quien la sirve es muy señor,
pero no della,
que vencido queda en vella.
Mandad luchar a dos pages,
y si el vuestro es vencedor,
vos lo seréys en amor.
Nunca me veré perdido
ni mi page perdedor,
pues que yo soy en amor
vencedor de bien vencido.
Quitaos de la cabeça
vuestra gorra, porque creo
que con ella estáys más feo.
Yo me quitaré la gorra,
pero no de la cabeza,
quen vos nunca se estropieça.
En el suelo arrodillado
soplicad a una dama
que os mande meter en fama
de muy frío enamorado.
Agora por Dios eterno
veo mi trabajo en vano,
pues que siendo un verano
me tienen por un invierno.
Buscando por estas damas
dezilde, si ay Francisca:
quien os ama bien sarrisca.
FRANCISCA
quien os ama bien sarrisca,
que si muere por tal dama
siempre bivirá su fama.
Yo os mando que digáys
de quántas soys servidor
para daros por traydor.
A traydoras, ser traydor,
pues no hay otro remedio
que a traydor, traydor y medio.
Por mostrar qué gesto hazéys,
reýos sin alegría
con una risada fría.
Vuestro amor anda tan frío
que, helando mi plazer,
el reýr frío ha de ser.
Yo os mando que digáys
de las gracias que soléys
y que vos os las riáys,
que solo las reyréys.
Yo haré lo acostumbrado,
vuestras gracias diziendo,
y ellas me han tan maltratado
que no quedaré riendo.
Buscaréys por estas damas
y diréys a Margarita:
vuestra gracia es infinita.
MARGARITA
es tu gracia infinita
tanto que los que la miran
la dessean y sospiran.
Jugaréys otro y vos
con las manos a la esgrima
y el que quedara encima
sea señor de los dos.
Hartas veces he jugado
con mis males a la esgrima
pero nunca fuy encima,
pues no os he señoreado.
Yos mando, si vos queréys,
que digáys una mentira
daquellas que vos soléys.
Nunca mentí por mi fe
en deziros que soy vuestro,
pues lo siento y lo muestro.
Baxad baxo al entrada
y subid con gran presencia
y aréys una reverencia
a la que nos tiene en nada.
Haunque no me tenga en nada
no me quiero maldezir
pues me veo ya subir
lascalera del entrada.
Buscaréys por estas damas
si huviere Chatalina
y dezilde ques divina.
CATALINA
en sus obras es divina,
y humana quando mira
al galán que la sospira.
Hid pidiendo con un guante
para ver lo que hos darán
todas quantas aquí están.
Yo bien andaré pidiendo
lo que más ha menester
este pobre de plazer.
Hazeos a la ventana
y dezid a dos o tres
cos digan qué hora es.
Las horas de gran contento
quando las quieren contar
más presto suelen passar.
Abaxad baxo a la puerta
y pedid a dos o tres
quánto tenemos del mes.
Si ha de ser en mi favor,
dende agora os lo muestro
si me asentáys por vuestro
en libro de servidor.
Buscaréys por estas damas
si ay Ángela alguna
y dezilde: sola una.
ÁNGELA
ángel es, ángel será,
y a quien ella es el bueno
siempre está de gloria lleno.
Punchad vuestra mala lengua
con un alfiler delgado,
pues que soys tan mal hablado.
Por que sienta mayor mengua
ha causado mi passión
quen hablar mi coraçón
lo borra todo la lengua.
Menazalda con el dedo
a quien vos soys servidor,
por ver si hará de miedo
lo que no haze de amor.
Plázeme, mas yo recelo
questa burla cueste cara,
pues será escupir al cielo
y bolverme a la cara.
Bolved los ojos en blanco
mostrando muy gran enojo
y direos: tan blanco el ojo.
De haver sido tan franco
de verme tan cativo,
bolveré, pues que no vivo,
mis tristes ojos en blanco.
Buscaréys por estas damas
si ay alguna Esperança
y diréys: sin confiança.
ESPERANÇA
en su nombre ay confiança
y en sus obras no es tal,
pues a mí me hazen mal.
Mete[d] el dedo en vuestra boca
y mordelde con gran saña,
y será muy buena maña
si engañáys alguna loca.
Ninguna veo tan loca
que se dexe ya engañar
sino mordiendo el lugar
con que se gana la boca.
Preguntad a una dama
si llegáys a treynta años,
que según vuestros engaños
más nos muestra vuestra fama.
Si engañando a quien engaña
perdones san alcançado,
quántos avéys vos ganado.
Echad fuera essos pages,
vayan fuera de la sala,
pues parecéys mastre sala.
Muy mejor parecería
de mayor nombre y fama
maestron cama.
Buscad bien por estas damas
si halláys alguna Ynés
y dezilde una es.
YNÉS
en el mundo una es
sola Fénix en el mundo,
sin igual ni sin segundo.
Pues que soys buen caçador,
hazed con un pañezuelo
un señuelo.
A quien yo haré señuelo
me verná tarde o temprano
a la mano.
Hid delante una dama
y dezilde un donayre
de buen ayre.
Yo yré delante aquella
que no sé sino mirarla
y contemplarla.
Preguntad a una dama
si soys para ser amado
o desamado.
A quien yo preguntaré
ya yo sé qué me dirá,
según os va.
Buscaréys por estas damas
y diréys a Beatriz:
tú, mi sola emperatriz.
BEATRIZ
es mi sola emperatriz
y ame muerto con justicia,
pues no mata con malicia.
Pues que soys un espantajo,
espantad una donzella
y nos alleguéys a ella.
Si suelen morir damores,
mejor soy para matar
que no soy para espantar.
Preguntad a una dama
si mostráys en ser callado
enamorado.
Yo se lo preguntaré
y en mi gesto lo verá
y creerá.
Mal hos está vuestra gorra,
ensayalda a uno o dos
si estará mejor que a vos.
Gorra que tan bien criada
siempre a sido para vos,
porque burláys de los dos.
Buscaréys por estas damas,
y si Anna se hallara,
dezilde: vos mi manna.
ANNA
es como una manna
dallá del cielo cayda,
muy sabrosa e bien sabida.
Soplicad a vuestra dama
que por toda una semana
no hos mire de mala gana.
Ya quissiesse mi ventura
que a mirarme se bolviesse,
y fuesse como quisiesse.
Vuestra capa está bien hecha,
y en mirarla he conocido
de la bolsa que ha salido
en ser corta y tan estrecha.
Ya yo sé lo que mandáys:
que sea muy largo y hecho,
que quien es corto y estrecho
con razón lo motejáys.
Estiraos estas calças,
que no diga algún donoso
que son calças de gotoso.
Son tan viejos mis amores
que de viejos an rugado
mis carrillos y calçado.
Nos dese cuerpo essa capa,
y pues no es de galán,
ensayalda algún truhán.
Pues queréys que me la quite,
vístasela el más gracioso
y será vuestro donoso.
La dama quen su mote está,
si la veys en esta sala,
dezilde con mucha gala:
laudo, mía Laudomia.
Laudomia es
la que siempre fue después
y antes della,
de su nombre la más bella.
Preguntad a una dama
que de qué os ha venido
estar tan descolorido.
Desque perdí la esperança,
ques color del amador,
he perdido la color.
Preguntad a una dama
quándo poco más o menos
seréys vos de los muy buenos.
Muy bueno para vellaco
soy yo siempre y seré,
en lo que sé.
Si la veys en esta sala,
dezilde a Violante:
yo soy vuestro diamante.
VIOLANTE
yo soy vuestro diamante
falso, pues que ser no puedo
anillo de vuestro dedo.
Sabed de quantas aquí están,
o de quien querréys pedillo,
si destar flaco amarillo
soys salido tan galán.
Donde sobra tanto afán
con razón puedo dezillo,
que yo soy el amarillo
y lo flaco es el galán.
Si halláys en esta sala
a María,
dezilde: yos amaría.
MARÍA
con razón hos amaría
como hombre
sino por vuestro gran nombre.
Vuestro amor viejo y rugado
bien será que lo mudéys,
porque ya nos parecéys
que andáys muy corcobado.
Ponerme quiero una muda
y mudar nuevo amor
para parecer mejor
que "quien muda Dios le ayuda".
Saquen algo de comer,
que quiero ver si maxcáys
de la suerte que habláys.
El que no puede tragar
ningún bien en sus passiones
maxca siempre las razones.
A la muy linda Felipa
dezilde muy sospirando:
con vos tiene Amor gran mando.
FELIPA
a vos solo se aplica
este mote tan señor:
toda cosa vence Amor.
Quitaos la capa y sayo
y veremos si el jubón
es mejor que no el sayón.
Lo encubierto es lo mejor,
que lo que se puede ver
no da tanto de plazer.
Embialde un recaudo
a quien mal recaudo hos da,
por ver qué responderá.
Ella me responderá
lo que siempre suele hazer:
el callar por responder.
Hid delante una dama
con mesura
y dezilde la ventura.
Yo le diré la ventura,
que bien la sé por su mano,
pues me convertió en gitano
lo cruel de su hermosura.
Si la veys en esta sala
diréys a la linda Elena:
vos la gloria, yo la pena.
ELENA
vos la gloria, yo la pena,
pues no soy por mi tristura
vuestro Paris en ventura.
Preguntad a una dama
si tenéys de gracioso
tan poco como de hermoso.
No soy, cierto, gracioso
pero doy gracias a Dios
que, si no soy para vos,
para otra soy hermoso.
Dezilde que os adevine
una dama
qué soñastes en la cama.
Mucho más quiero creer
lo que ella pensara
que lo que adevinara.
Si Hipólita veréys
dezilde de vuestra parte:
hermosura y muy gran arte.
HIPÓLITA
quien la vee bien verá
ques hermosa y de gran arte,
pues en todo tiene parte.
Pues siempre miráys al cielo
pareciendo un estrellero,
salid a ver el luzero.
No soy muy mal estrellero,
pues que voy mirando aquella
que de damas es estrella
y de galanes luzero.
Pintad luego en la pared
con un carbón
quién hos tiene el coraç[ó]n.
La pared es mi affición
y el nombre que pintaré
es la que siempre terné
y ella a mí mi coraçón.
Dezilde, si es aquí,
a la linda Castellana:
vos soys la estrella Diana.
CASTELLANA
vos soys la estrella Diana,
que trae la luz del día
a quien vuestra lumbre guía.
Hazed un poco el truhán,
que yo sé que todo el año
lo hazéys a vuestro daño.
Yo lo hago todo laño
por daros plazer, señora,
y vos hazeyslo cada ora
solo por hazerme daño.
Salid a mirar el cielo
pa ver si podréys vellas
a tal hora las estrellas.
Ya daquí veo el cielo
y aquella que verme hazía
estrellas a mediodía.
Dezilde, pues la servís,
a la linda Estephanía:
venado mata porfía.
ESTEPHANÍA
venado mata porfía,
que no porfía venado,
pues en vos está provado.
Por las rayas de mi mano
divinad, si soys muy diestro,
qué tiempo de vida muestro.
No tenéys más de bivir
del que vos me dareys vida,
pues es cosa conocida
que quien mata ha de morir.
Dezid a quantos aquí están:
Dios loado,
pues que ya soys acabado.
Sepan quantos aquí están
que vos me avéys acabado,
Dios loado.
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